Es común encontrarse inmerso en un trancón propio de una hora pico en cualquier ciudad capital o sentirse sofocado por la multitud que lo acompaña dentro de un bus de servicio público. Ver cómo los vidrios se empañan mientras que el calor invade su cuerpo y saber que no hay perfume ni desodorante que valga para que los malos olores no se apoderen del lugar. Usted puede ir de pie o sentado, sin embargo, no se salvará del cosquilleo, el aumento de tarifas, las ventas ambulantes y, fijo, el estrés que le genera estar atascado, sin escapatoria, como en una lata de sardinas.

Es aquí donde usted comienza a pensar en una alternativa de transporte para no tener que lidiar nuevamente con las consecuencias nefastas de la mala movilidad en la capital.  Entonces se le ocurre que en las ciclo vías no ocurre lo mismo y piensa en comprar alguna de las tantas ciclas eléctricas que se ven diariamente transitar en calma, pero la pregunta es si estos dos vehículos pueden compartir la vía y la respuesta es: Sí.

Los ciclistas se transportan por la ciudad a su ritmo, cada cual escoge el suyo. Usted no tiene que madrugar cada vez más previendo largas filas para ingresar a un sistema, la espera del bus, el metro, el trancón interminable, sin preocuparse por el incremento del precio de combustible o el lugar de parqueo.

Ya sea en ciclas eléctricas o convencionales el usuario va rodando con la música que decide escuchar y no la que le toca, conoce el tiempo que gasta desde su origen hasta el destino, éste no se modifica por un trancón o un sistema obsoleto de transporte masivo. Siempre que intenta experimentar cosas nuevas se pueden sentir temores. Tal vez usted ha contemplado usar la bicicleta pero lo ha abordado el miedo al clima, a un pinchazo, a un robo, y el mayor de todos: llegar sudado al trabajo. Para cada “problema” existe como mínimo una solución.

Si llueve puede usar un traje a prueba de agua, si hace sol puede emplear bloqueador solar y mangas largas, ante un pinchazo puede emplear llanas tipo “puncture protection” o a prueba de pinchazos las bicicletas eléctricas cuentan con llantas sellomatic. Frente a un robo lo primero es no dar “papaya” y lo segundo es entregarlo todo, lo material se recupera. Ahora bien, si la mayor objeción para adoptar la bicicleta como medio de transporte es el temor a llegar sudando a su destino pues en las ciclas eléctricas está la solución.

Algunos ciclistas discuten sobre las normativas que regulan la movilidad por las ciclorrutas y bicicarriles rechazando que estos vehículos compartan dichos espacios. Considerando la bicicleta ya sea convencional o eléctrica como un medio de transporte alternativo dentro de las congestionadas y contaminadas ciudades.

Es necesario fomentar su uso, fortalecer la infraestructura vial propia para estos vehículos y cambiar paradigmas tales como que llegar un poco sudado y fatigado al trabajo es mal visto, que los únicos vehículos con derecho a ser llamados bicicletas son los impulsados por tracción humana y que la única manera de movilizarse es el carro o moto particular, el servicio de transporte masivo, transporte público y cualquier otro que sea propulsado por motores emisores de gases efecto invernadero.

Otros ciclistas convencionales insisten que las bicicletas eléctricas deberían llamarse motos, sin embargo, son tendencia a nivel mundial y aunque para su funcionamiento emplean un motor y pueden tener forma de Scooter o una convencional todo terreno o MTB, la mecánica es propia de una bicicleta y en países como España, Holanda y China comparten las vías con bicicletas tradicionales.

Como ciclista convencional, en ocasiones me veo obligado a compartir la vía con carros, motos y buses. Por ello considero innecesaria la discusión se si son o no bicicletas  y no veo objeción alguna en compartir la vía con dichos vehículos, siempre y cuando: no contaminen el aire con emisiones de gases efecto invernadero y no excedan una velocidad coherente con el espacio, 40 km/h para planos y  60 km/h para bajadas (puede ser peligroso tanto para el usuario de la eléctrica como para sus compañeros de vía).

Es de aclarar que las ciclas eléctricas no emiten gases de efecto invernadero para su funcionamiento y la velocidad máxima es graduable de tal manera que el usuario puede regular la rapidez de su desplazamiento, a diferencia de las bicicletas propulsadas por motor de combustión de gasolina; además muchas de ellas emplean motores a dos tiempos que en el pasado eran usados por motocicletas y que según, la regulación de tránsito y transporte, ya no pueden circular por las carreteras dado su alto grado de contaminación.

Alguna vez, mientras transitaba por una ciclorruta en Bogotá tuve que no sólo soportar que un usuario de bicicleta a propulsión por motor de combustión de gasolina pasará volando por la vía mandándome casi por fuera de la misma sino que me tocó soportar y respirar el aire contaminado que dejaba a su paso. Un semáforo más adelante lo alcancé, lo mire y le dije: “Si le da pereza pedalear por lo menos no contamine, cámbiese a una eléctrica, su bicicleta huele feo”. Si usted es usuario de una bicicleta impulsada por motor a gasolina, por favor, recapacite y cámbiese a una eléctrica.

Anímese, móntese en una  de esas ciclas eléctricas, deje los temores a un lado en el olvido, aproveche la comodidad que le ofrece una bicicleta eléctrica y siempre tenga en cuenta proteger su vida y proteger la vida de quien va pedaleando con esfuerzo muscular o que simplemente comparte la vía. Recuerde que Circular Verde tiene la solución a tus problemas de movilidad.

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